¿Qué aprenden los niños y niñas en educación inicial?
En el siglo XIX se desarrollaron los primeros esfuerzos para la atención del menor de seis años, es a partir de esos esfuerzos que los modelos de atención han ido evolucionando en función de la concepción del niño y de las exigencias específicas de la familia, que es la directa responsable de su formación. En ese siglo, al que Ellen Key lo denominó el “Siglo de los Niños”, se reconoció que éstos tienen características y necesidades propias y a su vez distintas de las del adulto.
En el Perú, el establecimiento de la educación inicial constituye un cambio significativo en relación con la educación preescolar; esto se debe a que el enfoque de educación inicial supera al de preescolar, que en algunos casos es tomada como pre-escuela, reduciendo a este nivel educativo a la preparación del niño para la escolaridad inmediata.
A diferencia de este enfoque, la educación inicial considera al niño desde el nacimiento hasta los seis años, favoreciendo su desarrollo integral y promoviendo que los padres de familia, así como la comunidad, generen oportunidades y condiciones necesarias para su pleno desarrollo.
Sin embargo, por diversos motivos, tanto la concepción como los objetivos de la educación inicial se han ido desvirtuando. Es frecuente observar que en algunas instituciones y programas del nivel inicial los niños tienen solamente actividades de entretenimiento, sin ninguna finalidad que el entretenimiento en sí. En otros casos, la dirección y los docentes aceptan o ceden de buen grado la presión de los padres que insisten en que el niño aprenda a “leer y escribir”.
Estas comprobaciones nos incitan a recordar cuáles son los fines de la educación inicial y para qué acude el niño a una institución o a un programa educativo. No es solo para entretenerse o para aprender a comportarse o prepararse para ingresar a la escuela primaria; tener estas perspectivas, reduce los objetivos del nivel de educación inicial, ya que lo que se propone es eso y mucho más.
La educación inicial tiene objetivos conducentes a sentar las bases para la estructuración de una personalidad equilibrada y preparar al niño para afrontar con éxito los aprendizajes posteriores. Bajo este enfoque, las instituciones y programas de este nivel, deben planificar y desarrollar variadas experiencias que favorezcan el desarrollo armónico de sus potencialidades, tanto en el aspecto físico como intelectual, social y emocional.
Debe brindarse a los niños oportunidades que les permitan: descubrir nociones a partir de actividades de exploración, manipulación y experimentación; buscar y encontrar soluciones originales a los problemas o situaciones que se le presentan diariamente como un medio de favorecer gradualmente su iniciativa y autonomía; expresarse creativamente a través de diferentes medios; participar individual y grupalmente en actividades libres y dirigidas, terminando siempre la tarea comenzada; tomar decisiones seleccionando entre varias alternativas y asumiendo la responsabilidad que esa elección implica; practicar hábitos de higiene, alimentación y seguridad personal.
De igual manera, deben propiciarse actividades en las que los estudiantes, comprendan, acepten y se apropien de los valores y principios de la vida en comunidad, para que puedan asumir siempre actitudes de respeto, responsabilidad, justicia y tolerancia hacia todos sus compañeros y las personas que conocerá a lo largo de su vida, resolviendo conflictos mediante el diálogo respetuoso.
Finalmente, recomendamos a los responsables de las instituciones y programas educativos repensar en las acciones de intervención pedagógica que vienen desarrollando, con la finalidad de superar las expectativas que el común de las personas tiene sobre este nivel educativo; sobre todo, mejorar o redirigir sus estrategias metodológicas, tratando de comprobar que ellas estén generando óptimas condiciones para el desarrollo integral de los niños a su cargo.
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