miércoles, 29 de octubre de 2014

LA LITERATURA INFANTIL

Literatura infantil

        
Se entiende por literatura infantil la literatura dirigida hacia el lector infantil, más el conjunto de textos literarios que la sociedad ha considerado aptos para los más pequeños, pero que en origen se escribieron pensando en lectores adultos (por ejemplo Los viajes de Gulliver, La isla del tesoro, El libro de la selva o Platero y yo). Podríamos definir entonces la literatura infantil (y juvenil) como aquella que también leen niños (y jóvenes).
En otro sentido del término, menos habitual, comprende también las piezas literarias escritas por los propios niños. Por otro lado, a veces se considera que el concepto incluye la literatura juvenil, escrita para o por los adolescentes; pero lo más correcto es denominar al conjunto literatura infantil y juvenil o abreviado LIJ.
 

Elección de textos para niños de 3 a 6 años

Los textos que se le ofrecen a los niños y niñas de 3 a 6 años están basados en el folklore. El folklore es algo que el niño/a ha vivido y sentido desde su nacimiento, por lo tanto es algo muy cercano a él. Servirá como instrumento de trabajo y al ser textos pertenecientes a la colectividad, al surgir de su propio contexto cultural, el niño/a verá en él algo suyo, no ajeno, por lo que no le inducirá a rechazarlo.
Aunque el folclore es ante todo oral, no impide que se trasvase al escrito. Si se tratase aparte, estaríamos fragmentando arbitrariamente la relación existente entre lengua oral y escrita. El Folklore constituye la base primordial de lo que debe ser la Literatura en estas edades.
Los textos en verso tienen ventajas, por su fijeza y por su mayor capacidad para el juego y la memorización. Los textos en prosa fundamentalmente cuentos, tienen su mayor oportunidad para la audición, aunque revisten menor fijeza lingüística que los versos, y gozan de más facilidad para la adaptación por parte del narrador.
En estas edades lo visual juega un papel muy importante en lo que se refiere a los cuentos. El niño observa las ilustraciones y recrea el texto que acompaña.
 

Objetivos

  • Incentiva la creatividad (estimula la imaginación).
  • Reconocimiento gráfico-verbal (relaciona grafemas con fonemas).
  • Ampliación del léxico (adopción de nuevas palabras).
  • Fomenta el gusto por la lectura.

Funciones

  • Transmisión de valores.
  • Transmisión de la cultura.
  • Incentivar la creación.
Fuente: Wikipedia
Revista recomendada

INCLUSIÓN SOCIAL EN EDUCACIÓN INICIAL

Una tarea en crecimiento

 

Inclusión Escolar:

Supone una escuela estructurada sobre la base de la diversidad, pensada y organizada en función de las diferencias entre sus alumnos. Este es el ideal a alcanzar. En nuestro medio aún debemos hablar de una  integración escolar como realidad actual, porque son los niños y jóvenes con síndrome de Down quienes deben adaptarse a una escuela y sus demandas.
La integración escolar debe ser realizada desde el punto de vista física, social y pedagógica. Pues los niños comparten la jornada escolar completa en el aula común.
Significa que también para ellos la escuela es un lugar de aprendizaje, no solo de socialización. Y en esta tarea de apoyo y seguimiento es  el equipo interdisciplinario, quien busque mediar entre las posibilidades de cada niño integrado, las exigencias escolares, el estilo de aprendizaje del niño y el estilo de enseñanza de cada institución.
Para aquello es fundamental que el equipo interdisciplinario tenga en cuenta el conocimiento de las necesidades educativas especiales de cada niño, de sus posibilidades, dificultades, y de cómo superarlas, de los apoyos específicos que requiere, para plantear estrategias de enseñanza-aprendizaje creativas y flexibles según las necesidades del niño y su situación áulica.
Y en este sentido es indispensable la confianza y expectativas alentadoras en el niño hacia el máximo logro posible.
Son partes también de nuestros objetivos la fluida comunicación con el niño y sus padres en la comunidad educativa; El trabajo cooperativo con la familia, con los profesionales particulares.
Hacen a la calidad de servicio del equipo interdisciplinario, que a su vez éste debe realizar un trabajo de seguimiento y evaluación de control cruzado de las observaciones áulicas por parte del tutor y coordinador de la integración de cada niño.
La cuidadosa selección y control del personal; el conocimiento profundo del curriculum, la creatividad y la flexibilidad en las acciones.
Los resultados nos muestran que esta integración apoyada sistemáticamente es beneficiosa tanto para los niños con síndrome de Down, como para sus compañeros.
Los niños integrados aprenden más y mejor con el estímulo de sus compañeros y de un docente que no le  tema al desafío de enfrentarse sin prejuicios a una tarea enriquecedora; Aprenden desde el curriculum común lecto-escritura y cálculo, etc.
Las personas con síndrome de Down, dentro de un marco integrado, pueden aprender a ser autónomas e independientes, con autoconciencia de sus posibilidades, de sus dificultades pero también de cómo superarlas.
 
Mariana Cánepa
Prof. de Nivel Inicial
Capital Federal
 

LAS ESCUELAS INFANTILES

Si no tuviéramos escuelas infantiles


Vicenç Arnaiz


Si no tuviéramos escuelas infantiles, las criaturas crecerían envueltas en un solo relato y una sola manera de explicarlo. Si no tuviéramos escuelas infantiles, no sabrían que la vida tiene muchos caminos y que hay muchas maneras de avanzar.

Si no tuviéramos escuelas infantiles, los más pequeños creerían que solo existe lo que se ve desde su portal.
Si no tuviéramos escuelas infantiles, muchos padres y madres solo tendrían sus ideas de cómo educar. Cuando alguien cree que solo hay una manera de hacer las cosas, de- viene fanático y no puede educar.
Si no tuviéramos escuelas infantiles, habría quien no sabría que existe la infancia, porque no conocería a otros pequeños.
Si no tuviéramos escuelas infantiles, muchas familias no entenderían a su hijo o hija, porque para entender a uno tienes que conocer a muchos.
Si no tuviéramos escuelas infantiles, muchas niñas no sabrían qué es un padre ni qué es una madre, porque para saberlo tienes que relacionarte con otros que no sean ni tu padre ni tu madre. Tampoco sabrían que tienen una familia, porque para ser consciente de ello necesitas verla desde afuera.
Si no existieran escuelas infantiles, muchos niños no sabrían que después del llanto viene la risa. Cuando lloran, muchos no recuerdan que antes reían, y cuando ríen creen que no volverán a llorar. Ver a otras criaturas llorar cuando ellos están riendo les descubre cómo habitamos las emociones.
 


Si no tuviéramos escuelas infantiles, las criaturas crecerían envueltas en un solo relato y una sola manera de explicarlo. Si no tuviéramos escuelas infantiles, no sabrían que la vida tiene muchos caminos y que hay muchas maneras de avanzar.



Si no tuviéramos escuelas infantiles, muchos niños no sabrían que tienen una historia ni sabrían que hay mu- chas historias, porque no podrían escuchar a otros explicar la suya ni nunca podrían narrar la propia. Si no tuviéramos escuelas infantiles, no sabríamos reparar el sufrimiento de los niños, porque no sabríamos si lo que sufren es evitable o no.
Si no tuviéramos escuelas infantiles, quizás no sabríamos que el futuro es posible, porque los adultos a me- nudo nos obcecamos con el pasado. Son las criaturas quienes nos exigen hablar en futuro, sea perfecto o imperfecto.
Si no tuviéramos escuelas infantiles seríamos menos humanos porque las problemáticas de los más pequeños serían más invisibles y casi siempre llegaríamos demasiado tarde.
Si no tuviéramos escuelas infantiles, muchas criaturas creerían que solo se puede jugar de una manera. Creerían que siempre tienen que escuchar y que hablar es cosa de los adultos. Creerían que ser feliz es cosa de niños y que para hacerse mayor hay que reír menos, enfadarte más y dar muchas órdenes.



Si no tuviéramos escuelas infantiles, seríamos menos humanos, porque muchas criaturas no conocerían las 100 maneras de hablar que tienen las manos, ni las 100 maneras posibles de llorar y de reír. Creerían que solo hay una manera de pensar.
Muchas criaturas no sabrían que ellas también pueden ayudar y solo aprenderían a obedecer. Pocas criaturas sabrían consolar.
Muchas criaturas no aprenderían a soñar, ni sabrían de diferencias entre sueño y razón. Peor todavía: quizás creerían que solo se puede descubrir con la razón. Quizás cree- rían que solo existe un mundo y que este mundo ya está hecho.

Si no tuviéramos escuelas infantiles, nos las volveríamos a inventar.

FUENTE : Revista Aula de Infantil

La escuela como espacio protector

En los primeros años de vida, la experiencia del espacio implica al ser en su totalidad y de forma esencial, es una conquista corporal que implica el despliegue de dimensiones tanto operativas como sensibles, reflexivas o emocionales… conformando un constructo vital de interacciones,  transferencias y mediaciones entre niños, objetos y espacios que se implican recíprocamente y de forma primordial. Peter Sloterdijk señala que “la modernidad produce técnicamente sus inmunidades y va eligiendo progresivamente sus estructuras de seguridad sacándolas de las tradicionales coberturas teológicas y cosmológicas” (Sloterdijk, 2009, p. 34). Así, la desnudez del mundo moderno hace reclamar nuevas burbujas habitables, humanizadas. De las “cáscaras tecnológicas” de la modernidad volvemos a demandar la redondez y espesor de “esferas”  protectoras, albergantes, mediadoras, que acompañan al ser en el mundo, especialmente al ser niño, a la infancia: “La esfera es la redondez con espesor interior, abierta y repartida, que habitan los seres humanos […] que erigen mundos redondos y cuya mirada se mueve dentro de horizontes” (Sloterdijk, 2009, p. 37). En el campo pedagógico entendemos la protección como acogida que no excluye la libertad y el desafío, que en arquitectura sería precisamente el de restaurar la acogida frente a la dureza del sistema escolar en su anonimato.

La escuela como espacio de mediación


Interioridad y exterioridad, se encuentran en diálogos complementarios de protección y apertura, estableciendo vías de comunicación y mediación hacia un mundo que entra en la escuela tanto como ésta sale y mira hacia fuera: “L’occhio se salta il muro” era el título de la exposición que nos descubrió a Loris Malaguzzi en Madrid en 1984. Exposición que se transformó en “Los cien lenguajes del niño” y en la actual “El asombro del conocer”. Y el espacio es vehículo de mediación provocando en sí mismo sucesos colectivos tanto como individuales; el acompañamiento pedagógico no se produce sobre un soporte arquitectónico pasivo, sino contando con la participación activa del espacio como un evento implicado en la experiencia educativa. El espacio escolar, un “acuario” bautizado por Loris Malaguzzi en las escuelas de Reggio Emilia como el “tercer educador”, juega con un binomio de términos que alude ineludiblemente al dúo de la pareja educativa complementándola, y ésta implica el diálogo, la posibilidad de alternancia, de opción y de opinión, se construye la escuela como contexto de acompañamiento y mediación. Se trata de un espacio relacional, vincular, “epigenético” (Ceppi & Zini, 1998), frente a concepciones del mismo autónomas y estáticas.
 

La escuela como experiencia de ecología

Cualquier entorno puede ser visto como un paisaje y éste ser comprendido como resultado de nuestra interacción con él, como receptores activos de una realidad encontrada, siempre en proceso de transformación. De manera más o menos articulada, constantemente o por impulsos, de forma consciente o no, buscamos dar sentido a dicha realidad, poniendo en juego para ello el bagaje de la experiencia vivida: incorporamos la memoria en la percepción, haciendo intervenir en ello al unísono biología y cultura. Una de las grandes metáforas que buscan dar sentido a esta realidad es la noción de la naturaleza como un ideal que se persigue por caminos divergentes: el paisaje como constructo humano de experiencia estética de la naturaleza, o en sentido inverso, la naturalización de lo artificial, la percepción del entorno construido y habitado como un paisaje. La noción de “el paisaje como modalidad relacional cultura- naturaleza” (Dévora, 2006, p. 59) ha sido revisada dentro de los planteamientos de la complejidad como una co-participación del ser en el mundo generando relaciones de sentido, otorgando significados y haciendo emerger metáforas que operan de forma global sobre el soporte de lo real, sobre las partes, el todo y sus interacciones. Podemos afirmar que los niños realizan esta participación construyendo sus propios  paisajes de forma especialmente viva, actuando sobre el entorno en su conquista operativa y transformando lo cotidiano desde la acción lúdica y lo imaginario. 
FUENTE: Revista Latinoamericana de Educación Infantil 
 

¿Qué se aprende en educación inicial ?

¿Qué aprenden los niños y niñas en educación inicial?

En el siglo XIX se desarrollaron los primeros esfuerzos para la atención del menor de seis años, es a partir de esos esfuerzos que los modelos de atención han ido evolucionando en función de la concepción del niño y de las exigencias específicas de la familia, que es la directa responsable de su formación. En ese siglo, al que Ellen Key lo denominó el “Siglo de los Niños”, se reconoció que éstos tienen características y necesidades propias y a su vez distintas de las del adulto.

En el Perú, el establecimiento de la educación inicial constituye un cambio significativo en relación con la educación preescolar; esto se debe a que el enfoque de educación inicial supera al de preescolar, que en algunos casos es tomada como pre-escuela, reduciendo a este nivel educativo a la preparación del niño para la escolaridad inmediata.
A diferencia de este enfoque, la educación inicial considera al niño desde el nacimiento hasta los seis años, favoreciendo su desarrollo integral y promoviendo que los padres de familia, así como la comunidad, generen oportunidades y condiciones necesarias para su pleno desarrollo.
 
Sin embargo, por diversos motivos, tanto la concepción como los objetivos de la educación inicial se han ido desvirtuando. Es frecuente observar que en algunas instituciones y programas del nivel inicial los niños tienen solamente actividades de entretenimiento, sin ninguna finalidad que el entretenimiento en sí. En otros casos, la dirección y los docentes aceptan o ceden de buen grado la presión de los padres que insisten en que el niño aprenda a “leer y escribir”.
Estas comprobaciones nos incitan a recordar cuáles son los fines de la educación inicial y para qué acude el niño a una institución o a un programa educativo. No es solo para entretenerse o para aprender a comportarse o prepararse para ingresar a la escuela primaria; tener estas perspectivas, reduce los objetivos del nivel de educación inicial, ya que lo que se propone es eso y mucho más.

La educación inicial tiene objetivos conducentes a sentar las bases para la estructuración de una personalidad equilibrada y preparar al niño para afrontar con éxito los aprendizajes posteriores. Bajo este enfoque, las instituciones y programas de este nivel, deben planificar y desarrollar variadas experiencias que favorezcan el desarrollo armónico de sus potencialidades, tanto en el aspecto físico como intelectual, social y emocional.


Debe brindarse a los niños oportunidades que les permitan: descubrir nociones a partir de actividades de exploración, manipulación y experimentación; buscar y encontrar soluciones originales a los problemas o situaciones que se le presentan diariamente como un medio de favorecer gradualmente su iniciativa y autonomía; expresarse creativamente a través de diferentes medios; participar individual y grupalmente en actividades libres y dirigidas, terminando siempre la tarea comenzada; tomar decisiones seleccionando entre varias alternativas y asumiendo la responsabilidad que esa elección implica; practicar hábitos de higiene, alimentación y seguridad personal.

De igual manera, deben propiciarse actividades en las que los estudiantes, comprendan, acepten y se apropien de los valores y principios de la vida en comunidad, para que puedan asumir siempre actitudes de respeto, responsabilidad, justicia y tolerancia hacia todos sus compañeros y las personas que conocerá a lo largo de su vida, resolviendo conflictos mediante el diálogo respetuoso.

Finalmente, recomendamos a los responsables de las instituciones y programas educativos repensar en las acciones de intervención pedagógica que vienen desarrollando, con la finalidad de superar las expectativas que el común de las personas tiene sobre este nivel educativo; sobre todo, mejorar o redirigir sus estrategias metodológicas, tratando de comprobar que ellas estén generando óptimas condiciones para el desarrollo integral de los niños a su cargo.
 
 

viernes, 24 de octubre de 2014

IMPORTANCIA DE LA EDUCACIÓN INICIAL

LA IMPORTANCIA DE LA EDUCACIÓN DEL INFANTE


En los distintos países de origen hispano, la educación de la primera infancia puede abarcar desde el nacimiento del niño hasta su ingreso a la escuela primaria (incluidos los años de educación preescolar), o bien desde el nacimiento hasta el ingreso al Jardín de Niños o Kindergarten.
Lo que es una realidad es que es necesario considerar comenzar la educación del infante lo antes posible. ¿Por qué es tan importante hacerlo así? Las razones son muchas. Vamos a nombrar aquí algunas de ellas:
  1. La infancia es un período único, preciso y crítico para el desarrollo psíquico: afectivo y cognitivo. Ya sea con programas formales, en un centro de estimulación temprana o bien en el hogar con un manual de información a madres de familia, el bebé debe tener la posibilidad de aprovechar cada oportunidad de desarrollarse y prepararse para el futuro aprendizaje.
  2. Las experiencias que el niño tiene durante esta etapa son fundamentales para su vida futura. En este período el niño aprende a convivir con el entorno y se adquieren conceptos fundamentales para la vida: existe un mundo además de mí, el juego es una actividad natural en los niños, la vida no es solo mi casa y mi familia, puedo aprender a cantar y bailar y reír con muchas personas.
  3. En el nivel inicial, el niño se prepara para su futuro escolar y logra adaptarse adecuadamente a este sistema de vida que durará por muchos años.
  4. Hablando en lenguaje psicoanalítico: en esta edad el infante y su “YO” no pueden desarrollarse más que en relación con los demás, y en esta interacción del Yo con OTROS, es donde podemos encontrar una respuesta a la “evolución psicológica.”
  5. El centro de Estimulación Temprana o el trabajo planeado y organizado realizado por la madre en el hogar, fortalecerán el desarrollo sensorial del infante, su desarrollo motor, social y su lenguaje.
  6. Los programas de educación inicial están diseñados para fortalecer y facilitar todas las redes de comunicación que vinculan al niño con su mundo, e interpretar todos esos mensajes que de su entrono recibe y que permitirán descubrir, conocer y crear.
  7. Potenciar las habilidades intelectuales que el niño trae por herencia, ofreciendo los medios y herramientas para que desde el inicio, el niño aprenda a aprender.
  8. Si el niño presentara algún déficit en su desarrollo, mediante la estimulación que recibe a través de los programas iniciales sistematizados integrales, tendrá grandes posibilidades de minimizar los aspectos limítrofes de su desarrollo.